Como el beso que me diste. Es increíble. ¡Todo tiene un límite! Entiendo cada palabra que sale por mi boca. La tengo pensada desde mucho antes de que tu colgaras el teléfono. Inspecciono cada palabra que suelto y se que las entiendes. Se que sabes lo que digo, y que tengo razón. Porque te conozco. Te conozco más de lo que me gustaría. Y te odio mucho más de lo que yo tenía pensado odiarte. Eres tan complicado. No tengo ganas, ni tiempo. No quiero complicarme la vida. Eres un laberinto. Y a mi esas cosas no me gustan. Amor está para disfrutarlo. Para quererlo. Para sentirlo. Para cuidarlo y valorarlo. Amor está para regalar una rosa cada día quince. Y juntar mil rosas. Hasta que la primera se marchite. Pero tengas el consuelo de mirar la última. La más roja. La más cercana. La que algún dia se marchitará. Todo pasa. Y se me hace tan corto. Y tan largo. Tan raro, cómo el beso que me diste.